La importancia de la Navidad

Para los que nacimos en occidente, especialmente los que fuimos criados en los ritos cristianos (carece de importancia si es Católico Romano, Protestante en cualquiera de sus ramas, Ortodoxo o copto), la Navidad es una festividad de altísima importancia, que se ha contaminado con una comercialización excesiva y con envío de regalos y tarjetas por doquier. Para los cristianos representa el nacimiento del Mesías, el enviado de Dios para instaurar la paz y su reino por la Tierra, lo cual es desesperanzador para nuestros tiempos de guerra, abusos y violencia. Para mi es más importante el hecho de que el cristianismo empezara como una doctrina clandestina, difundida entre los esclavos y más necesitados, perseguida y penada con muerte. Esa religión de los pobres le ayudó a sobrellevar la injusticia y los horrores de la época; dio a los perseguidos una razón para vivir y luchar. He aquí la verdadera importancia de la Navidad: ESPERANZA. Como pediatra, siempre he defendido que mi especialidad es muy optimista porque creemos en el futuro; nos aferramos a la idea de salvar a la niñez y permitir la posibilidad de nuevas generaciones. Para esta época, les propongo enfocarnos en el futuro de nuestra humanidad, que nos esforcemos en generar las acciones que den esperanza en el futuro y que protejamos a nuestros niños, que representan el futuro de nuestra especie. Sin importar la fe que se profese: que este solsticio de invierno les de algo más que buenas cosechas: les brinde una actitud de lucha para las nuevas generaciones. Paz a todos y ojalá que empecemos a construir y dejemos de destruir.