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Me gusta hablar, soy un buen tico, y a veces peco por no dejar que la más gente me escuche... también me gusta escuchar. A compartir sin miedo!!!!

domingo, 31 de marzo de 2013

Reflexiones

En un reciente viaje de trabajo a Tijuana, y con la curiosidad de explorador al entrar a un lugar que nunca había visto antes, me topo con la agradable sorpresa de los tijuanenses; tristemente tengo que reconocer que la televisión y el cine estadounidense me llevó a ese lugar con una idea prejuiciada, de una ciudad en podredumbre, con poco grado de desarrollo y niveles de miseria que solo podrían despertarme entre sudores y gritos de mis peores pesadillas, con habitantes que parecen sobrevivientes de una zona apocalíptica. Tijuana no es el lugar más bello en el que he estado, pero tampoco el más feo, he encontrado en Costa Rica (en medio de San José) peores lugares. El orgullo de los mexicanos que tanto odiamos y que personalmente tanto admiro se refleja en estos habitantes, que abren sus brazos al visitante con amplia sonrisa y gesto amable. No hubo un solo lugar que visitara en esos dos días y medio en que los encargados de los diferentes servicios no me brindaran lo mejor de ellos. La geografía también me impresionó, están a una distancia relativamente corta de San Diego; sin tener que caminar ningún desierto y sin que hayan esqueletos ni buitres que coman los despojos de los animales; el clima es Californiano, con los cambios de estaciones de California... nada más ni nada menos. El paisaje es muy ocupado,no encontré el desarrollo urbano que me enamoró de Guadalajara, pero la realidad de esta ciudad es otra. La nota negra de Tijuana está más al Norte, es lo primero que uno ve cuando sale del aeropuerto, hay un muro de más de tres metros de alto que se extiende por todo el límite norte de la ciudad, con varios agujeros que varias personas han hecho para mirar hacia el otro lado, el color gris oscuro es deprimente y el "decorado" de cruces que se extienden hasta que la vista no permite ver más, recuerdan el dolor de la gente que había muerto intentando de buscar un poco de dinero más para alimentar a la familia. Inevitablemente me recuerda las lúgubres imágenes del muro de Berlín, y todos los documentales en que mostraban la gente que era baleada para impedir correr hasta Berlín Occidental; ellos, nos decían en esos documentales, estaban corriendo hacia la "libertad". La Agencia para la Seguridad Nacional de los Estados Unidos justifican esas medidas para proteger a los estadounidenses de la delincuencia y el terrorismo, pero los ataques terroristas que han perpetrado en Estados Unidos lo han organizado nacionales o personas extranjeras que entraron por avión con todos los papeles en regla. El narcotráfico por otro lado, no necesita llamar la atención y utiliza sistemas altamente tecnificados para meter sus mercancías al mayor mercado de la droga en el mundo, por lo que un muro no los va a demorar, menos detener. El muro está ahí por los campesinos, los pobres, los que no pueden conseguir su visa para visitar o trabajar. No hay muro en la frontera con Canadá. "Lo que los güeros no entienden es que nosotros solo queremos trabajar", me dijo un taxista mientras me enseñaba este muro de vergüenza. La polarización mundial ya no es Este-Oeste, es Norte-Sur, y a nadie le importa, porque no hay propaganda en ese discurso.