Puntos sobre las íes

Leer La Nación es siempre una experiencia interesante, no porque ese bodrio de periódico sea necesario para ayudarle al intelecto; me ayuda tanto como una sopa de mondongo le ayuda en la cena a un vegetariano, sino porque podemos leer entre líneas a la gente que le interesa mantener el Status Quo, la clase poderosa, la que "mantienen los trabajos". Sí, esos mismos que evaden impuestos y no pagan las cuotas obrero patronales y se atreven a apretar el cuello de la clase media con tal de sacar los recursos por otro lado... que bien lo aprendieron de los señores feudales. Por muchos años que pasen seguimos con la maldición de la Oligarquía Cafetalera.
En la editorial (siempre anónima, valga la observación), del día 19 de abril, se discute con "honda preocupación" que la oposición vaya a tomar el control del directorio de la asamblea legislativa. Por lo que se lee, el editorialista nos cree inmaduros políticamente, que el único partido posible que pueda hacer una oposición operante fue el PLN en los sesentas. Analicemos que pasa fuera de nuestras fronteras, por ejemplo con los EE. UU., que tienen elecciones a mediado de periodo para que se pueda dar un golpe de timón, si la presidencia del Congreso cae en manos del partido contrario al de turno, el partido de poder lo que hace es hacer componendas, NEGOCIA, que es parte del arte de la POLÍTICA, para poder sacar leyes acorde con los dos bandos. Pero estamos en un país que está acostumbrado que los grupos de poder (ECONÓMICO)hagan con sus compinches del Ejecutivo lo que les de la gana y el Legislativo sea solo una marioneta del poder. No se acuerdan que es un sistema de frenos y contrapesos, y que el poder de Ejecutivo debe de tener contraposición para tener un juego de poderes justo. Claro está, que eso va a hacer que algunos intereses sean perjudicados, algunas leyes modificadas y la sonrisa sardónica de la jefe de la bancada oficialista se pueda apagar. Vamos, que la Asamblea caiga en manos de la oposición lo único que significa es que se puede dignificar el Poder Legislativo que es, según aprendí en Cívica en secundaria el Primer Poder de la República, demuestra madurez política y por último podremos ver de que están hechos la Presidente, el Vicepresidente y el Ministro de la Presidencia. Apuesto que están más allá de la inauguración del Estadio Nacional y de la gana que tiene el Ministro de Hacienda de demostrar lo inteligente que es poniendo cortinas de humo, en lugar de reconocer que el principal problema hacendario que tiene el país es recaudación.