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Me gusta hablar, soy un buen tico, y a veces peco por no dejar que la más gente me escuche... también me gusta escuchar. A compartir sin miedo!!!!

lunes, 23 de noviembre de 2020

Las Lecciones de Trump

Tengo que admitir que hace cuatro años, cuando Trump ganó las elecciones de los EEUU por medio de ese complejo sistema que tienen; aún cuando perdiera el voto popular; todo me parecía una broma de mal gusto, así como una reflexión de como un sistema electoral puede ser manipulado. Ahora, cuatro años después y luego de una contundente derrota a manos de Joe Biden, Donald Trump nos vuelve a sorprender con un berrinche digno de un niño de 3 años sin límites en una juguetería: ignorando el clamor popular, desconoce las elecciones e inunda el sistema judicial con una avalancha de demandas INFUNDADAS, avergonzando a un puñado de funcionarios leales y enardeciendo una masa de seguidores fieles que se manifiestan en masa en una maltrecha Unión Americana, golpeada por una pandemia y famélica de liderazgo. Donald J. Trump pasará a la historia como un Presidente mediático, que no presenta ninguna elocuencia para la retórica y menos coerencia en su pensamiento para debatir o al menos llevar a tablas una discusión. Apoyado en su imagen de estrella televisiva y de hombre de negocios exitoso (aunque eso lo lograra con triquiñuelas no muy éticas), ha logrado ganarse las simpatías de un grupo que se sintió afectado durante los años de Obama; y hay que tener cuidado, no son los supremacistas blancos, ni la derecha extrema, ni los industriales, ni los ricos que fueron beneficiados por el recorte de impuestos; hablo de la gente de a pie, el hombre de clase obrera que está cansado de que se les explique intelectualmente como las decisiones beneficiarían a sus familias, pero que no logra entenderlo; es por esa razón que Obama ya tiene dos libros escritos y Trump utiliza el Tweeter. Eso me lleva a otro problema: las redes sociales y su aumento en la violencia verbal, hace pensar que el pueblo norteamericano se está polarizando cada vez más. Actualmente hay una corriente para desacreditar a los intelectuales, científicos y líderes de opinión con una red de mentiras e historias fantásticas; para nuestra sorpresa, incluso verdades absolutas se vienen dudando: la forma del planeta, el éxito de las vacunas, los análisis científicos, incluso la aritmética básica. Personas como el actual presidente de los EEUU utilizan una cortina de humo para generar dudas y sacar provecho personal. Trump representa la matón de secundaria, que todos le temían, tenía muchos que lo odiaban; pero era seguido por un séquito fiel de compinches que le aplaudían la bravuconería; al igual que ese chico, Trump disfraza sus inseguridades en pavonearse ante los demás y burlarse de los otros, para sentirse superior, a pesar de que en lo profundo tiene la certeza de que es muy inferior. Hay que ver con cuidado el mensaje que Trump da, hay que tener precaución de que tipo de líder queremos enfrente de nuestra patria; puede ser que la desesperación de ver salir a nuestro país de problemas; decidamos tener un bravucón de secundaria, que no comprenda cuáles son las funciones por las que fue electo y que decida hablar de lo que se quiera escuchar y no de tener la madurez de saber que las cosas no son simples y que todos somos culpables en cierta manera y la solución nos corresponde a todos. Las teorías conspirativas son sumamente atractivas, como son atractivas las novelas; la imaginación supera a la realidad y nos permite escapar de ella; pero no podemos ser ilusos; sólo con los pies sobre la tierra tendremos respuestas.

jueves, 13 de agosto de 2020

Tiempo

Conforme pasan los años, la barrera generacional se va incrementando y el tiempo adquiere una dimensión diferente; el quehacer cotidiano se hace más lento y tomamos más pausa para generar nuestras tareas. La cautela se hace parte de la vida y la reflexión se vuelve un ejercicio continuo de vivencia. Debo de admitir que en la Costa Rica que crecí las cosas eran diferentes: si los zapatos se gastaban, íbamos al zapatero para cambiar suelas; zurcíamos las medias si se rompían y la ropa se heredaba. El desperdicio no era parte de nuestra vida; todo costaba menos, pero ganábamos mucho menos y atesorábamos todo lo que teníamos; ropa importada era un lujo y por lo tanto era patrimonio de un pequeño grupo social. Eso hace que la visión que tenemos de las pertenencias es completamente diferente a las de las nuevas generaciones. Ahora los escaparates rebosan de artículos de diferentes procedencias, y de las más diversas calidades. La facilidad de obtener cosas genera un desprecio en el objeto en si y por lo tanto se corre el riesgo de que se genere como meta el propio objeto. En este marco es que me crie y de esta forma es que ahora entiendo la razón por la cual se dejan reposando los vinos y licores finos; porque el tiempo madura y mejora el producto; hace que se transfiera las bondades de la barrica hacia el elixir. Sin embargo, hay que recordar que el recipiente tiene que estar en buen estado, sin roturas y el aire no debe entrar para impedir que se eche a perder el néctar. La amistad, el amor, el entrenamiento, la educación… todo estaba en enmarcado en un proceso de maduración, nada era rápido; se cultivaba y se cosechaba, no había atajos. La amistad por lo tanto es un tesoro, que se construye desde el plano del conocer a una persona, compartir y disentir, respetar y crecer en medio de un proceso en que hay una simbiosis, ligámenes que permiten que esa otra persona tenga un punto de vista como vigía en atalaya. El amigo no se aprovecha de los privilegios propios de esa relación, ya que entrega generosamente su punto de vista sin esperar que la otra parte lo tome ciegamente, espera que esta visión fresca le permita a su camarada ver salidas que no podría ver solo… y no necesariamente la que le ofrecieron. Ese tipo de relaciones requieren tiempo y esfuerzo y por esa misma razón tienen la prueba del tiempo. Pero actualmente la palabra amigo está prostituida, ¿cuántos amigos tienes en Facebook?, pero la pregunta en realidad es: ¿a cuánta gente que te sigue conoces en realidad? En esta sociedad de desperdicio la amistad se vuelve también algo insulso, vil, que no requiere trabajo ni esfuerzo, como si fuera una relación natural, algo como el intercambio gaseoso en los pulmones: se hace sin que lo sepamos. Por esa razón se hace importante lo que los otros piensen de uno, y hacemos publicaciones que no demuestran lo que somos y fingimos sonrisas; nos preocupa más lo que los demás piensen a lo que lo que yo sienta y de esa manera la vida se vuelve vana y nuestras existencias prescindibles. En una ocasión estaba en París y estaba intentando de capturar el momento en que la Torre Eiffel se encendía en luces intermitentes, así que fijé lo mejor que pude el teléfono y luego intenté de dejar mi mano en esa posición mientras apartaba la mirada propia de la pantalla y fijaba mis ojos a la estructura, vi pacientemente el espectáculo y cuando decidí que era suficiente para un recuerdo, apagué el video y puse mi celular en el bolsillo. Al día siguiente volví a ver como había quedado la grabación y un colega que iba conmigo me recriminó que estaba muy movido; que pude haberlo hecho mejor si veía el centelleo a través de la cámara, a lo que yo le respondí: ¡es que quería verlo con mis propios ojos!; creo que en eso se resume esta reflexión: estamos tan acostumbrados a lo sintético y a lo inmediato, que ya ni siquiera apreciamos percibir a través de nuestros sentidos. A veces extraño los rollos de película, cuando tomabas las fotografías que valieran la pena y tomabas riesgos para que salieran. Por último; atesoremos lo que tenemos, y aprendamos a diferenciar lo perenne de lo fútil, al final del camino será más importante los que nos quieren y queremos, que a los que tratamos de impresionar.

sábado, 2 de mayo de 2020

Una normalidad muy anormal

Cuando empezamos la segunda década del siglo XXI, (o el último año de la década, dependiendo de cómo lo vean ustedes); ninguno de nosotros esperaba que nuestra vida en este planeta se vería tan cambiada en pocas semanas. Estaba en una conferencia médica en Barcelona, cuando se empezó a pensar que lo de Wuhan se había salido de las manos y la cosa se podía poner seria en China; uno de los conferencistas estaba dirigiendo un estudio en China y en una conversación durante la cena hablamos del peligro que este tipo de enfermedades llegara a Europa o América; pero lo veíamos lejos, mis otros colegas estuvieron de acuerdo conmigo de que iba a ser un proceso más lento de lo que nos tocó ser testigos y luego pasamos al horrible clima que hacía en esa corta estadía en Cataluña; nueve semanas después nos encontramos en esta terrible realidad. Estamos viviendo tiempos que solo los veíamos en películas; un germen maligno se disemina por todo el globo y amenaza nuestra especie; y si, empezamos una lucha por la supervivencia. No considero que el país sobrerreaccionó ante esta amenaza; mis amigos en España e Italia me contaron de los horrores de la falta de equipo y pruebas, de la horrible decisión de escoger que paciente requiere un ventilador o a cuál se le debe quitar porque no lo va a lograr. Las señales están a nuestro rededor; este virus es mortal. Tenemos otro gran problema, no lo conocemos, no sabemos si se puede hacer una vacuna (estamos lejos de saber, si hacemos una vacuna, será lo suficiente activa como para que valga la pena producirla), no sabemos si genera una inmunidad permanente o temporal, no tenemos claro si ese material genético nos hará más susceptibles a cáncer, en fin, las preguntas son muchas y las respuestas muy pocas. He visto algunos colegas haciendo diferentes conjeturas extrapolando lo que vemos en los números, y algunos líderes políticos y empresarios hablando acerca de que las regulaciones posiblemente causen más daño que bien; hubo uno que inclusive comparó las diferentes pandemias y que la economía nunca paró… pero esta es la primera pandemia real de este siglo; no podemos compararla con influenza; este virus ya es conocido y teníamos un aparato para producir vacunas. Propongo verlo diferente: hemos pasado por crisis financieras anteriormente y muy recientes también, y el ingenio del hombre siempre ha podido encaminar a la humanidad a nuevas vías de desarrollo. Esto me lleva a lo más importante de todo; con respecto a las restricciones que tenemos ¿se irán levantando todas?, ¿cuándo volveremos a la normalidad?, eso depende de lo que sea normalidad para cada uno de nosotros. Hay cosas que cambiaron para siempre: el distanciamiento físico actual será la nueva cercanía, volver a casa en lugar de tomar un trago con los amigos será lo habitual, algunos negocios tendrán que transformarse o morirán; los espectáculos masivos serán diferentes y no estoy seguro de que pasará con los parques temáticos o los eventos deportivos. Los abrazos quedarán para los hijos y los nietos, los besos no volverán a ser frívolos y el amor se manifestará diferente. Será una anormal normalidad, hasta que nos acostumbremos a ella. Viendo lo que ha pasado en China, España, Italia y Estados Unidos, no puedo sentirme más orgulloso de lo que nuestras autoridades de salud han hecho; y al Señor presidente de la República por dejar que la gente que tiene que ser sea la que lidere en estos momentos de crisis; hay una grandeza en delegar que no siempre es bien entendida. He visto muchas manifestaciones de cariño hacia nosotros, los médicos que trabajamos en primera línea; sin embargo, la mayor muestra de cariño que nos pueden dar es quedarse en casa; acatar las normas que las autoridades sanitarias les den y evitar el contagio; ya vendrán los tiempos para el análisis, esta guerra está lejos de terminar.